ÉTICA - RELIGIÓN
Bienvenidos a este blog, podrán encontrar material de apoyo a las asignaturas de ética y religión.
domingo, 5 de mayo de 2013
RENOVACIÓN DEL ÁGUILA
“ESTÁ MUY BIEN NO HACER EL MAL PERO ESTÁ MUY MAL NO HACER EL BIEN”
Estamos en una
época en que los reyes, jefes y dictadores pasan revista a sus tropas y las
hacen desfilar con sus armas para inspirar confianza en la fuerza de sus
fusiles y en el poder destructor de sus tanques, aviones y ametralladoras. También
nuestro Rey, Cristo, hoy ha llamado a revista a sus jóvenes y los ha invitado a
desfilar por las calles de sus ciudades ostentando sus armas: La cruz del
sacrificio, la luz de su verdad, el fuego de su amor.
A todo el que te
rodea tú puedes darle algo. Al rico aburrido, la amenidad de tu conversación.
Al pobre tu dinero. Al débil un estímulo. Al niño desamparado, la ropa que
abunda en tus armarios.
Al hambriento las cosechas de tu fundo. Al
vagabundo un hogar que pueda llamar su hogar.
A la viuda
solitaria un rinconcito que asolee su vejez. Al Hogar de Cristo los medios para
realizar su misión…A todo el que te rodea tu puedes darle algo. ¡Y tú estás
impacientarte!
La Ley escondida
que reparte misteriosamente las excelencias se ha dignado otorgarte el
privilegio de los privilegios, el bien de los bienes: Dar. Tú puedes dar. Debieras
caer de rodillas ante el Padre y decirle: Gracias, Padre mío, porque puedo dar
Se
engaña si pretende ser cristiano quien acude con frecuencia al templo, pero no
cuida de aliviar las miserias de los pobres.
Se engaña quien
piensa con frecuencia en el cielo, pero se olvida de las miserias de la
tierra en que vive.
No
menos se engañan los jóvenes y adultos que se creen buenos porque no aceptan
pensamientos groseros, pero no son
capaces de sacrificarse por sus prójimos. Un corazón cristiano ha de cerrarse a
los malos pensamientos pero también ha
de abrirse a los que son de solidaridad y de amor por el más necesitado.
A partir de la
lectura realizada, contesta las siguientes preguntas:
a.- ¿Cuáles son
las armas de un cristiano?
b.- ¿Cuál es el
mayor privilegio para un cristiano, según el texto?
c.- ¿Cuáles son
los cristianos que viven engañados?
d.- ¿Qué debe
evitar un buen cristiano?
e.- ¿Qué es lo
mejor de ti que puedes regalarle a aquel que te rodea?
f.- En relación
a la lectura realizada ¿qué tipo de cristiano serías tú?
g.- Explica con
tus palabras qué significan las siguientes frases:
1.- “Está muy bien no hacer el mal,
pero está muy mal no hacer el bien”
2.- “En todo amar y servir”
3.- “Nuestras acciones valen en
función del peso de amor que ponemos en ellas”(¿Qué peso pones en tus
estudios?)
LA LUZ Y LAS PUPILAS
En el encierro de nuestra pequeña geografía familiar, bajo la abundancia de luz de nuestra lámpara de mesa, nuestras pupilas se habían ido reduciendo. Esa presencia tan cercana de la luz, esa necesidad casi inexistente de esfuerzo para nuestras pupilas las fueron reduciendo en su búsqueda, haciéndolas receptivas sólo en una mínima parte de su inmensa capacidad de visión.
Por eso, al apagarse la luz familiar y al entrar bruscamente en la noche del camino, la oscuridad nos parece abrumadoramente espesa. Uno llega a creer que en la noche no hay nada de luz. Uno sabe por intuición y por memoria, de la existencia de las cosas, de los árboles, de los charcos del camino. Pero en ese momento, en el tiempo de transición, todas las cosas carecen de realidad y confunden sus formas en esa carencia absoluta de luz.
Es entonces cuando la mirada busca instintivamente el cielo. Porque el hombre lleva metida hasta en su sangre la verdad de la relación entre luz y cielo. Pero hay veces en que el cielo está nublado. Y cuando el cielo está nublado, todo se ve más oscuro. Y sin embargo nuestros ojos rastrean el cielo, tratando de tomarlo al menos como fondo sobre el que se pueden distinguir las formas borrosas de los árboles y de las cosas de dimensiones mayores.
Frente a lo espeso de la oscuridad, nuestros ojos buscan al menos el borroso contorno de los objetos familiares como punto de referencia. Y en esa búsqueda de las cosas con el cielo como trasfondo, poco a poco nuestras pupilas se van dilatando. Se va despertando en nosotros esa capacidad adormecida de percibir la gran luminosidad adormecida en de percibir la gran luminosidad difusa en toda noche. Al rato uno se sorprende del aumento de luz. Y tal vez lo único que ha sucedido, es que ha aumentado nuestra capacidad de percibirla. Y con ello las cosas van recuperando su concreta realidad, y nosotros la alegría y libertad de movernos entre ellas.
Si esa noche avanza hacia el amanecer, entonces, junto al dilatarse de nuestras pupilas, el horizonte crece también en luminosidad, y uno participa de la alegría profunda de sentir en la mañana crecer alrededor de uno y en uno mismo, al colaborar en su construcción.
A una pareja de jóvenes amigos acaba de apagárseles la pequeña lámpara familiar. Se les ha muerto un hijito. Y sin embargo ese hijito les ha enriquecido el corazón con muchas verdades que ellos han leído en las cosas, ayudados por su luz. Porque la lámpara familiar regala al corazón muchas verdades que son material de rumia cuando los ojos se adentran en la noche.
¡Quisiera, Señor, que estés junto a ellos, noche adentro, en este tiempo de rumia! ¡en este tiempo del dilatarse de sus pupilas! y que junto a Vos caminen unidos hacia la alegría del amanecer, que devolverá su verdad a cada cosa y a cada hombre la alegría de vivir, al sentir sus manos comprometidas en el trabajo, en la vida y en el amor. Mientras se dilatan sus pupilas, alúmbrales, Señor, las manos, para que puedan seguir creyendo en la vida.
Si gasta tu noche llorando la puesta del sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (Proverbio árabe).
M. Menapace, publicado en La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.
TALLER
1. ¿Qué experiencia nos relata el autor? ¿Qué
sucede con la capacidad de ver en la oscuridad?
2.
¿Cómo describe el cambio que sucede? ¿Qué pasa con las pupilas de los
ojos?
3. ¿Qué
busca nuestra mirada? ¿Por qué?
4. ¿Qué
comparación realiza hacia el final? Para la joven pareja que menciona el
cuento, ¿quién representaba la lámpara familiar que enriquecía sus vidas con su
luz?
5. Comentar la frase final
del proverbio árabe.
6. Elegir una frase del texto (releerlo rápido
para ubicarla) que más le haya llegado/impactado y escribirla en un recuadro
en el cuaderno.
7. ¿Has
vivido situaciones, familiares o personales, parecidas a la de la joven pareja?
8. ¿Qué
dolores grandes abriga tu corazón que te hace sentir en la oscuridad?
9.
¿Puedes descubrir algo de luz en esas situaciones, a la luz del cuento?
10.
¿Pueden ayudarte esas situaciones que te tocan vivir (o te han tocado) a
recuperar tu capacidad de ver (la vida, la presencia de Dios, la tesonera
presencia de una esperanza que nunca se acaba)?
11.
Comenta la frase del proverbio árabe aplicándola a estas situaciones de tu vida
que has compartido. ¿Cómo pedirle a Dios que nos dilaten las pupilas para
aprender a ver mejor (y a recuperar la esperanza… a caminar al amanecer de cada
día)?
12. ¿Qué
aprendes del cuento para tu vida? ¿Cómo puedes aplicar el mensaje del cuento?
Compromiso para la vida
13. Sintetizar
en una frase el mensaje del cuento para nuestra vida.
LA SOMBRA PROPIA
El que no da la cara a la luz, se obliga a caminar detrás de su propia
sombra.
¡Qué difícil es ser realista en la propia vida! Resulta más fácil
entregarnos a nuestra propia sombra, a nuestros sueños, a la marca que dejamos
en el suelo.
Porque la realidad tiene siempre mucho de imprevisible. Nos supera y
nos envuelve. En ella nos encontramos colocados y no la podemos manejar, como
lo hacemos con la carretilla de nuestros sueños. La sombra no tiene peso, y por
eso al proyectarla contra un obstáculo fácilmente lo supera. Se retuerce, se
amolda, trepa y se alarga. Ha logrado muy fácilmente superar el obstáculo con
el que nos topamos en el camino. La sombra ha pasado. Pero nosotros no. Porque
el obstáculo es real. Y nos encontramos detenidos por lo que se atraviesa ante
nuestros pies.
Es probable que en ese momento giremos la carretilla de nuestra sombra
y creamos seguir tras ella simplemente porque la seguimos empujando delante
nuestro. Y así vamos sembrando nuestra vida con trozos de camino que terminan
siempre en fracasos, aunque no tengamos el coraje de reconocerlo,
autoengañándonos con la convicción de ser leales a una idea.
Pero el que se anima a dar la cara a la luz, obliga a su sombra a
marchar detrás suyo, haciendo su mismo camino. Porque el que camina con la luz
de la realidad en sus ojos, también tiene su sombra. Pero no la sigue. Es ella
la que lo sigue a él. Y su sombra no supera obstáculos que previamente no hayan
sido traspasados por los pasos reales del que camina.
Hombres y sombra realizan así un mismo camino. Ideales y realidad
forman una misma historia. Probablemente los ideales tocarán menos realidades,
pero éstas serán aquellas que han obligado al hombre a crecer y avanzar.
Este hombre ha aceptado las exigencias de la luz en su camino.
Exigencias dura. Pero que han unificado su huella, y que en definitiva le
habrán permitido llegar, cuando tenga que entregar su sombra madura a la noche.
Sólo el hombre con una sombra madura puede esperar sin miedo la luz de
un nuevo amanecer. Será un hombre que ha hecho su camino.
Por
M. Menapace, publicado en La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.
1. ¿De qué nos habla el
relato?
2. ¿Cómo describe la realidad? ¿Cómo los
ideales, sueños? ¿Con qué los compara?
3. ¿Qué significa dar la cara a la luz?
4. ¿De qué habla la última parte del relato?
¿Qué significa "entregar la sombra a la noche"?
El cuento nos invita a
caminar en la luz, abriendo los ojos a la realidad que vivimos.
5. ¿Qué significa "dar
la espalda a la luz" y "caminar siguiendo la propia sombra"?
¿Has experimentado en tu vida caminar detrás de tu sombra? ¿Cuándo?
Compartirlo.
6. ¿Qué le sucede al hombre
que da la cara a la luz? ¿Es esto sencillo?
7. La fe nos da la luz que
ayuda a caminar en la vida, a mirar la realidad con la mirada de Dios, ¿qué
aspectos de tu vida necesitas contemplar con la luz de Jesús'.
8. ¿Qué aprendemos para
nuestra vida a partir del cuento?
9. Sintetizar en una frase
el mensaje del cuento para nuestra vida.
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