
Por eso, al apagarse la luz familiar y al entrar bruscamente en la noche del camino, la oscuridad nos parece abrumadoramente espesa. Uno llega a creer que en la noche no hay nada de luz. Uno sabe por intuición y por memoria, de la existencia de las cosas, de los árboles, de los charcos del camino. Pero en ese momento, en el tiempo de transición, todas las cosas carecen de realidad y confunden sus formas en esa carencia absoluta de luz.
Es entonces cuando la mirada busca instintivamente el cielo. Porque el hombre lleva metida hasta en su sangre la verdad de la relación entre luz y cielo. Pero hay veces en que el cielo está nublado. Y cuando el cielo está nublado, todo se ve más oscuro. Y sin embargo nuestros ojos rastrean el cielo, tratando de tomarlo al menos como fondo sobre el que se pueden distinguir las formas borrosas de los árboles y de las cosas de dimensiones mayores.
Frente a lo espeso de la oscuridad, nuestros ojos buscan al menos el borroso contorno de los objetos familiares como punto de referencia. Y en esa búsqueda de las cosas con el cielo como trasfondo, poco a poco nuestras pupilas se van dilatando. Se va despertando en nosotros esa capacidad adormecida de percibir la gran luminosidad adormecida en de percibir la gran luminosidad difusa en toda noche. Al rato uno se sorprende del aumento de luz. Y tal vez lo único que ha sucedido, es que ha aumentado nuestra capacidad de percibirla. Y con ello las cosas van recuperando su concreta realidad, y nosotros la alegría y libertad de movernos entre ellas.
Si esa noche avanza hacia el amanecer, entonces, junto al dilatarse de nuestras pupilas, el horizonte crece también en luminosidad, y uno participa de la alegría profunda de sentir en la mañana crecer alrededor de uno y en uno mismo, al colaborar en su construcción.
A una pareja de jóvenes amigos acaba de apagárseles la pequeña lámpara familiar. Se les ha muerto un hijito. Y sin embargo ese hijito les ha enriquecido el corazón con muchas verdades que ellos han leído en las cosas, ayudados por su luz. Porque la lámpara familiar regala al corazón muchas verdades que son material de rumia cuando los ojos se adentran en la noche.
¡Quisiera, Señor, que estés junto a ellos, noche adentro, en este tiempo de rumia! ¡en este tiempo del dilatarse de sus pupilas! y que junto a Vos caminen unidos hacia la alegría del amanecer, que devolverá su verdad a cada cosa y a cada hombre la alegría de vivir, al sentir sus manos comprometidas en el trabajo, en la vida y en el amor. Mientras se dilatan sus pupilas, alúmbrales, Señor, las manos, para que puedan seguir creyendo en la vida.
Si gasta tu noche llorando la puesta del sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (Proverbio árabe).
M. Menapace, publicado en La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.
TALLER
1. ¿Qué experiencia nos relata el autor? ¿Qué
sucede con la capacidad de ver en la oscuridad?
2.
¿Cómo describe el cambio que sucede? ¿Qué pasa con las pupilas de los
ojos?
3. ¿Qué
busca nuestra mirada? ¿Por qué?
4. ¿Qué
comparación realiza hacia el final? Para la joven pareja que menciona el
cuento, ¿quién representaba la lámpara familiar que enriquecía sus vidas con su
luz?
5. Comentar la frase final
del proverbio árabe.
6. Elegir una frase del texto (releerlo rápido
para ubicarla) que más le haya llegado/impactado y escribirla en un recuadro
en el cuaderno.
7. ¿Has
vivido situaciones, familiares o personales, parecidas a la de la joven pareja?
8. ¿Qué
dolores grandes abriga tu corazón que te hace sentir en la oscuridad?
9.
¿Puedes descubrir algo de luz en esas situaciones, a la luz del cuento?
10.
¿Pueden ayudarte esas situaciones que te tocan vivir (o te han tocado) a
recuperar tu capacidad de ver (la vida, la presencia de Dios, la tesonera
presencia de una esperanza que nunca se acaba)?
11.
Comenta la frase del proverbio árabe aplicándola a estas situaciones de tu vida
que has compartido. ¿Cómo pedirle a Dios que nos dilaten las pupilas para
aprender a ver mejor (y a recuperar la esperanza… a caminar al amanecer de cada
día)?
12. ¿Qué
aprendes del cuento para tu vida? ¿Cómo puedes aplicar el mensaje del cuento?
Compromiso para la vida
13. Sintetizar
en una frase el mensaje del cuento para nuestra vida.
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