El que no da la cara a la luz, se obliga a caminar detrás de su propia
sombra.
¡Qué difícil es ser realista en la propia vida! Resulta más fácil
entregarnos a nuestra propia sombra, a nuestros sueños, a la marca que dejamos
en el suelo.
Porque la realidad tiene siempre mucho de imprevisible. Nos supera y
nos envuelve. En ella nos encontramos colocados y no la podemos manejar, como
lo hacemos con la carretilla de nuestros sueños. La sombra no tiene peso, y por
eso al proyectarla contra un obstáculo fácilmente lo supera. Se retuerce, se
amolda, trepa y se alarga. Ha logrado muy fácilmente superar el obstáculo con
el que nos topamos en el camino. La sombra ha pasado. Pero nosotros no. Porque
el obstáculo es real. Y nos encontramos detenidos por lo que se atraviesa ante
nuestros pies.
Es probable que en ese momento giremos la carretilla de nuestra sombra
y creamos seguir tras ella simplemente porque la seguimos empujando delante
nuestro. Y así vamos sembrando nuestra vida con trozos de camino que terminan
siempre en fracasos, aunque no tengamos el coraje de reconocerlo,
autoengañándonos con la convicción de ser leales a una idea.
Pero el que se anima a dar la cara a la luz, obliga a su sombra a
marchar detrás suyo, haciendo su mismo camino. Porque el que camina con la luz
de la realidad en sus ojos, también tiene su sombra. Pero no la sigue. Es ella
la que lo sigue a él. Y su sombra no supera obstáculos que previamente no hayan
sido traspasados por los pasos reales del que camina.
Hombres y sombra realizan así un mismo camino. Ideales y realidad
forman una misma historia. Probablemente los ideales tocarán menos realidades,
pero éstas serán aquellas que han obligado al hombre a crecer y avanzar.
Este hombre ha aceptado las exigencias de la luz en su camino.
Exigencias dura. Pero que han unificado su huella, y que en definitiva le
habrán permitido llegar, cuando tenga que entregar su sombra madura a la noche.
Sólo el hombre con una sombra madura puede esperar sin miedo la luz de
un nuevo amanecer. Será un hombre que ha hecho su camino.
Por
M. Menapace, publicado en La sal de la tierra, Editorial Patria Grande.
1. ¿De qué nos habla el
relato?
2. ¿Cómo describe la realidad? ¿Cómo los
ideales, sueños? ¿Con qué los compara?
3. ¿Qué significa dar la cara a la luz?
4. ¿De qué habla la última parte del relato?
¿Qué significa "entregar la sombra a la noche"?
El cuento nos invita a
caminar en la luz, abriendo los ojos a la realidad que vivimos.
5. ¿Qué significa "dar
la espalda a la luz" y "caminar siguiendo la propia sombra"?
¿Has experimentado en tu vida caminar detrás de tu sombra? ¿Cuándo?
Compartirlo.
6. ¿Qué le sucede al hombre
que da la cara a la luz? ¿Es esto sencillo?
7. La fe nos da la luz que
ayuda a caminar en la vida, a mirar la realidad con la mirada de Dios, ¿qué
aspectos de tu vida necesitas contemplar con la luz de Jesús'.
8. ¿Qué aprendemos para
nuestra vida a partir del cuento?
9. Sintetizar en una frase
el mensaje del cuento para nuestra vida.
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